POLITICAS A DOS AÑOS DE DISTANCIA
(21/11/2017) - Los resultados de la reciente contienda
electoral quilmeña, que arrojaron notable paridad entre el oficialismo
(Cambiemos) y la principal oposición (Unidad ciudadana) y ya próximo a la nueva
conformación del H.C.D. donde cada una de estas fuerzas políticas incorpora
cinco concejales , se vislumbran prematuras situaciones que muestran un futuro
de definiciones a dos años de distancia.
En el oficialismo que conduce Martiniano Molina, las
expectativas se centran en la evolución de las relaciones internas de esa unión del PRO, la U.C.R., la
Coalición de Lilita y un sector del peronismo.
Relación que ya viene con antecedentes ríspidos desde que el intendente
se despojó de una parte de sus aliados radicales que lo acompañaban en el
Ejecutivo .
Siendo lo más notable, la salida del Diputado
Provincial, Fernando Pérez , que había iniciado el período colaborando
ad-honorem en el cargo de Secretario de Gobierno de Molina. Situación ésta que si bien no derivó en
rupturas, instaló un nuevo clima.
Ediles que sin
abandonar su compromiso frentista, se
atrincheraron en un virtual bloque de “radicales en Cambiemos”, desde donde
dejan trascender quejas por lo que llaman “desatención de Molina a sus
aliados” al tiempo que entre los
concejales que ingresarán el 10 de diciembre al bloque oficialista, está
Daniela Conversano , de extracción radical y esposa de Ariel Domene, quién en 2015 cambió su banca de concejal por el
cargo de Secretario de Cultura.
Estas y otras cuestiones de funcionamiento, hacen de
la Municipalidad de Quilmes un epicentro de expectativas tempranas respecto a las elecciones de 2019,
donde Molina podría ser otra vez, único candidato a Intendente por Cambiemos o
previamente, tendría que confrontar ese derecho en una interna que para algunos,
ya tendría un posible pre-candidato .
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