NOTICIAS SIN SILENCIOS NI CERROJOS


(6/08/2018) - Las noticias de estos últimos días producen, al
unísono, amargura y satisfacción. Lo primero es la continua degradación de nuestra sociedad y la satisfacción, por el aporte que está brindando a la república el periodismo que comparto, practico y dejo escrito, grabado, filmado y firmado.


Lo digo así; no para vanagloriarme, es que me impulsa la fuerza de la bronca por los sucesivos acontecimientos que van minando la vida de este, nuestro país, a través de revelaciones que superan la ficción y el espanto por la persistencia de quienes todavía callan, descreen, niegan y/o hasta defienden la corrupción operada desde y hacia el Estado.
En este impulso de bronca, solo aspiro llegar a mis amigos periodistas, para que reaccionen, recapaciten, sobre el terrible mal que es el silencio.  Callando los errores de quienes tienen a su cargo el patrimonio de todos, no es acompañarlos o ayudarlos, sino todo lo contrario. La sucesión de errores silenciados, puede servir para allanar el camino a los ilícitos.



La noticia no tiene dueños, solo protagonistas.  Una vez producida adquiere identidad propia, no puede ser modificada.  El silencio ante hechos comprobados, no cabe en el trabajo periodístico, como tampoco cabe en la misión de los funcionarios, el cerrojo que deja sin respuestas a las requisitorias sobre temas que no contienen las gacetillas oficiales. 
Tampoco busco ponerme en oficioso consejero o “maestro Siruela” de nadie, Solo reitero mis convicciones profesionales, destacando una frase de Jorge Lanata, en su columna de clarín del sábado 4/08/2018; “hicieron falta periodistas que se callaran la boca o mintieran a sabiendas”

                                  NORBERTO GIALLOMBARDO