CARTA ABIERTA| RODEADOS DE BASURA
recolección de residuos, dato, sin embargo, particularmente saliente de la gestión de la Intendente Mayra Mendoza, sino a una de carácter más espurio y sensiblemente preocupante para toda la comunidad de la localidad quilmeña.
Es una mugre tatuada en el cuerpo de
parte de sus polÃticos y “periodistas” (?) locales. Algunos, ciertamente
experimentados en el arte de ensuciar desde sus páginas y redes a personas que
no le aportan pautas; otros, recientes aprendices de los primeros. En cualquier
caso, todos ellos desapegados a los principios más elementales de la ética
periodÃstica.
La Coalición CÃvica de Quilmes será
representada en la lista de Diego Santilli en Juntos por Walter “Coco”
Fernández. Hombre de San Francisco Solano, padre de una niña pequeña, que vive
de su laburo desde hace años y ayuda a sus vecinos, haciendo menos cruenta la
realidad actual.
Apenas se supo esto, desde ese pozo
ciego, irrumpieron contra la integridad de su persona y, naturalmente —por
añadidura—, contra el destinatario final, esto es, la Coalición CÃvica y, por
supuesto, la Dra. Elisa Carrió. Como suele suceder en estos casos, dicho ataque
vino acompañado de una catarata de infamias relacionadas con supuestos hechos,
de su edad temprana.
¿Cómo fue la juventud de Coco? Como la
de innumerables jovencitos de los suburbios de lo más profundo de nuestro
conurbano bonaerense. Pibes que, sin destino a la vista, son cooptados por punteros
que laburan para “jefes impolutos”. Son conchabados por monedas, para pintar
paredes, de “mandaderos”, de barras bravas y algunos, incluso, para
comercializar falopa para la corona, con la que luego se financian campañas
polÃticas.
Algunos recordarán la causa penal de
“Estadio Chico”. Año 1994, en un allanamiento se descubrió cocaÃna fraccionada
en bolsas para ser distribuidas en colegios y bares de nuestra ciudad. Ese
local pertenecÃa al oficialismo de entonces, bajo la Intendencia de AnÃbal
Fernández. Nunca llegaron a los responsables máximos. Tan solo una de tantas.
Lo de “jefes impolutos” expresa, sin
embargo, la idea más contraria a lo que representan las lacras nacidas de la
polÃtica quilmeña, personas que, a cualquier costo, han escalado demasiado
alto, llegando al Poder Legislativo e incluso a la mismÃsima Casa Rosada, sin
contar que sus grupos primarios no puedan explicar sus patrimonios (y en los
casos más osados, ni los propios).
Coco fue uno de esos pibes que, en su
primera juventud, fue cooptado por lo peor de toda esa lacra, algunos de
“patota”, otros de “cuello blanco”; al fin y al cabo, todos salidos del mismo
grupo. Pero desafió y resistió su aparente destino y, a diferencia de
muchÃsimos otros, pudo salir. No pudieron con él.
Alguna vez dijo “salà gracias a mi papá
que me habló”. Seguramente, soslayó su propio esfuerzo para —en la mayor
adversidad— procurarse un camino más sinuoso y difÃcil, pero, al fin y al cabo,
el que vale la pena.
Coco hoy tendrá que explicar a la
sociedad quilmeña que no tiene antecedentes penales, que su pasado fue el que
fue, que hace muchos años vive de su laburo, crÃa con esmero a su hija y milita
hace ya bastante tiempo en otro espacio polÃtico. Sus propios compañeros lo
eligieron para que nos represente.
Es particularmente contradictorio, los
que recibieron y reciben sobres con plata de la corrupción polÃtica le pegan a
Coquito. La escasa virilidad y su falta de dignidad les impide calificar o
plantarse ante sus antiguos jefes. De ellos recibieron y reciben plata sucia
para hacer notas pseudoperiodÃsticas, o bien para transitar la polÃtica con
total impunidad, porque los delitos de corrupción, en este paÃs y en Quilmes,
quedan impunes.
La Coalición CÃvica jamás aportó
ladrones a la función pública. Quien quiera buscarlos, podrá encontrarlos en
otros sectores polÃticos. Están a la vista. Más aún, hemos incomodado a la
Justicia proponiéndole investigaciones que eluden con dilaciones (Julio César
Pereyra, AnÃbal Fernández, Sergio Villordo, Marcelo Mallo, y un largo
etcétera).
Walter Fernández es nuestro candidato y
destaco con admiración su esfuerzo por tener una vida Ãntegra y solidaria;
después de otra, esclava de ese “respetable” excremento quilmeño. Con esa
fortaleza, asumirá su banca, representará el interés de los vecinos, les
rendirá cuenta y no les apropiará el erario, como lo vienen haciendo los que
hoy quieren hacernos creer que orinan agua bendita.
Por
Coalición CÃvica Ari Quilmes, Mónica Frade, Diputada Nacional.
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