ALFONSIN POR SIEMPRE PRESENTE

Cierto es que
el padre de la democracia argentina nos dejó el 31 de marzo de 2009, pero la
imborrable estela de honestidad, fervor patriótico y su idea de la ética y la solidaridad,
nos llenan de gloria, una gloria que a los de nuestra generación nos toca de
cerca, nos inunda de algo que, no obstante las divergencias políticas con las
que vivimos -no muy distintas a las que debió afrontar Alfonsín- se nos hace
carne, porque la historia nos privilegió con la suerte de haberlo visto,
haberlo tenido y sentido cerca.
Haber convivido
con el prócer, cuando aprendimos
directamente de él que la democracia es mucho mas que lo que puedan decirnos
los libros, es ejemplo que habrá de perdurar para nosotros, para nuestra
posteridad, y para todos los hombres del mundo ...
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