DON BOSCO, ENTRADERA Y LADRON ABATIDO


(15/03/2018). Una entradera en don
Bosco, frente a Nuevo Quilmes terminó con un delincuente muerto y dos prófugos, luego de que familiares y vecinos alertaran a la policía.
El miércoles por la noche, un hombre que regresaba a su domicilio, fue interceptado por tres delincuentes que se movilizaban en un utilitario blanco, que había llamado la atención de los vecinos, por estar estacionado con las luces encendidas en un barrio tranquilo y donde todos se conocen.
Al bajar del taxi que conduce diariamente, el hombre fue obligado a punta de pistola a ingresar a su casa, junto a su hija y el novio de ella, quienes lo acompañaban.


Un vez dentro, los delincuentes los obligaron a tirarse al piso, amenazándolos constantemente para que les dieran dinero y pertenencias, según relató la víctima en un programa radial.
Los movimientos extraños y el ruido despertaron sospechas de un
familiar que vive en el fondo de la propiedad, que realizó de inmediato una llamada al 911 alertando de la situación.
Los ladrones salieron a la calle con un bolso con parte del botín y para revisar el taxi de la víctima, quien les dijo de la presencia de la recaudación diaria dentro de la unidad estacionada en la vereda. En esos instantes arribó al lugar un móvil policial, que al ver la actitud sospechosa de dos personas les da la voz de alto y les pide que se identifiquen, momento en el cuál  uno de los ladrones extrae de entre sus  prendas un arma de fuego y dispara contra los efectivos policiales, sin dar en el blanco, por lo que provoca la reacción inmediata de los uniformados repeliendo la agresión e hiriendo de muerte al delincuente y poniendo en fuga a su cómplice.


Dentro de la vivienda, el otro ladrón que aún estaba con las víctimas, al oír los disparos huye por los fondos y los techos sin ser detenido.
La policía secuestró en el lugar dos armas de fuego que tenían en su poder los ladrones y recuperó la mayor parte de las pertenencias que habían intentado robar.
El hombre abatido por la policía tenía 35 años, vivía en Wilde y poseía un frondoso prontuario.
El vehículo en el que circulaban tenía las patentes cambiadas y no se descarta que proceda de un ilícito.