HOMENAJE A VICTIMAS DE LA DICTADURA


 
HOMENAJE A VICTIMAS DE LA DICTADURA
 

(15/03/2013)-gacetilla municipal)-La Subsecretaría de Derechos Humanos del Municipio de Quilmes realizó esta tarde un emotivo acto en homenaje a Vicenta Orrego, Florencia Ruival (a) Rosita, y Luis Alvarenga. Los familiares presentes descubrieron la baldosa que se puso frente a la casa –ubicada en Nother y Santa Cruz-  donde sucedió el crimen en 1977. En la placa puede leerse: “aquí la dictadura militar fusiló y se apropió de tres niños luchadores populares. A Vicenta Orrego, Florencia Ruival (a) Rosita, y Luis Alvarenga. 14/03/1977 - 14/03/2013. Memoria, Verdad, Justicia”.

La Subsecretaría de Derechos Humanos del Municipio de Quilmes realizó esta tarde un emotivo acto en homenaje a Vicenta Orrego, Florencia Ruival (a) Rosita, y Luis Alvarenga, compañeros fusilados por la última dictadura cívico militar argentina. Se acompañó en este reconocimiento a la familia de Vicenta: su esposo y compañero Julio Ramírez, sus hijos María, Mariano y Carlos; así como también a Horacio Rafat sobrino de Alvarenga. Asimismo, se ratificó la necesidad imperiosa de denunciar ante la Justicia a los apropiadores del Hogar de Belén en Temperley, para de esa manera seguir construyendo una Patria en el Camino de la Verdad y La Justicia Social.

Sobre el caso

Luís Valenga, titular de la Unidad Legal del Municipio de Quilmes, relató los detalles del caso. Cuando Julio Ramírez estaba detenido por la Dictadura Cívico-Militar, su esposa Vicente junto a Florencia Ruival (a) Rosita y a Luis Alvarenga, fueron fusilados en la vivienda de Nother y Santa Cruz. En el momento en que irrumpe la patota del ejército, Vicenta sale con los niños y una bandera blanca. A pesar de ello fue brutalmente fusilada y una de las balas inclusive rozó la cabecita del hijo mayor, Carlos. Los niños fueron secuestrados y cambiadas sus identidades, por orden de la Jueza, Marta Pons. “Hace 30 años que Julio ha recuperado a sus hijos, devolviéndoles su identidad. Poder estar hoy aquí, décadas después, la familia considera que es un acto de sanación, de reencontrarse, mirar la vida de frente, porque con Verdad y Justicia ellos se sienten íntegros como familia”, reflexionó Valenga.
Lila Mannuwal, subsecretaria de Derechos Humanos, dijo que “es fundamental para los familiares en particular, pero para todos en general, cerrar un capítulo marcando este espacio como lugar de resistencia de los compañeros, porque fueron héroes. Lo importante es que la familia se pudo unir. Hoy cierra un ciclo para la familia Ramírez. Dejaremos una marca, una baldosa, con los tres nombres, porque todo el barrio colaboró con los chicos, los contuvo, y los entregaron confiadamente a la justicia. La justicia los apropió, y ahora luchamos porque se conozca la verdad e impulsar una verdadera justicia”.

La palabra de los familiares

Por su parte, el esposo y compañero de Vicente, Julio Ramírez hizo especial mención a la “solidaridad de todos los vecinos presentes ya que gracias a sus testimonios pudimos rearmar parte de la historia. Me comentaban algunos de ellos que ciertamente a mis compañeros los acribillaron y se los llevaron en un carro, mientras que mis hijos fueron a parar a una casa vecina. El drama no terminó ahí, sino que siguió por seis años hasta que por fin se concretó la devolución de la patria potestad de los chicos”.

María, la única hija mujer de Vicente, con lágrimas en los ojos dijo que “he tenido pesadillas durante treinta años sobre aquel 14 de marzo de 1977. Es el último pedazo donde nuestra familia se rompe, donde las balas entran, y nos genera mucha impotencia. Me ha llevado mucho tiempo recuperarme para sentirme persona. En la libertad, con mucha ayuda en particular de aquí de Argentina, hemos empezado a sentirnos mejor. Volver aquí en este día es muy fuerte pero creo que hay que enfrentar los miedos”. Sus hermanos Carlos y Mariano también se mostraron muy emocionados, aseguraron que “regresar a este lugar es muy doloroso” y agradecieron a “los vecinos todo lo que han hecho por nosotros para que estemos vivos”.

Sobre el acto

El acto contó con el relato del caso por parte de Luís Valenga. Luego, tomaron la palabra los familiares de Vicente y Alvarenga. María mostró cuatro cuadros con gran contenido emocional y simbólico. El primero retrata a su madre, Vicente. El segundo, a ella junto a sus dos hermanos, Carlos y Mariano. Otro que representaba la parte más dolorosa y triste de la historia, cuando estuvieron alejados de su hogar y de su padre. Y, en el último, está pintado Julio, María lo describe con esta frase: “es la felicidad de un padre al recuperar a sus hijos”. Finalmente, todos los familiares presentes descubrieron la tela que cubría la baldosa que se puso frente a la casa donde sucedió el crimen en 1977. En la placa puede leerse: “aquí la dictadura militar fusiló y se apropió de tres niños luchadores populares. A Vicenta Orrego, Florencia Ruival (a) Rosita, y Luis Alvarenga. 14/03/1977 - 14/03/2013. Memoria, Verdad, Justicia”.