FRANCISCO I. EL SUCESOR DE PEDRO


             NUESTRO NUEVO PAPA.
                                                               Por Alejandro Lopez Romano 
                                                               (doctor en Derecho  Canónico)
Bergoglio
                                 

(13/03/2013)- Como expresar el orgullo que sentimos, no sólo como compatriotas de un Papa, sino como católicos. Nuestro Cardenal Primado, -hasta horas atrás- hoy ha sido elegido para conducir al Pueblo de Dios de todo el orbe; fue elegido como sucesor de San Pedro. Desde la institución dela Iglesia por Cristo, manteniendo la sucesión apostólica
ininterrumpida a hoy, por primera vez un “hombre de Dios” argentino,es la Suprema Autoridad de la Iglesia Católica Apostólica Romana yconducirá a 1.200 millones de católicos dispersos porelmundo.

 Como Obispo de la Iglesia de Roma –en quién permanece la función que Cristoencomendó singularmente a Pedro (primero entre los Apóstoles)-, le ha sido trasmitida esta potestad, por la legítima elección realizada enel Cónclave por los Cardenales electores.
Jorge Mario Bergoglio, el religioso jesuita, austero y de profunda reflexión, aguda religiosidad y prudencia de actuar ha elegido llamarse Francisco I. Una impronta que seguramente distinguirá su Pontificado. Es la cabeza del colegio de los Obispos del mundo, Vicario de Cristo y Pastor de la Iglesia esparcida por los rincones del mundo. Es quién posee la plenitud del sacramento del orden sagrado por su condición. Ya en su primera pública aparición en el balcón pontificio, ha dado una vez más muestras de esa humildad que lo ha caracterizado en su desempeño como clérigo y Obispo. Ha pedido ser bendecido por el Pueblo de Dios. Una verdadera grandeza. Así ha dado inicio al Pontificado. La Iglesia está viva y espera mucho de su Pastor. Los rumores que han acompañado la renuncia de su predecesor, Benedicto XVI rápidamente se disiparán porel proceder de nuestro Papa. Las clásicas preguntas o la atribución de primarias características de conservador o renovador, se despejarán ante un hombre respetuoso y obediente a la ley de Dios –ley divina- y a la ley de la Iglesia.
Ha comenzado su tiempo, y pareciera que la unidad en la diversidad de la Iglesia ha sido su primera señal del camino a seguir, y la fraternidad su instrumento. Nos ha dicho: "Comenzamos este camino, obispos y pueblo, un camino de la Iglesia deRoma, que es la que preside en la caridad a toda la Iglesia. Oremos siempre los unos por los otros y todos por el mundo. Para que haya una
gran fraternidad. Que este camino de Iglesia que hoy comenzamos y en el que me ayudará mi cardenal vicario, aquí presente, sea fructuoso para la evangelización”.
El mandato del Señor pareciera haber recobrado en sus palabras su máxima expresión: Id y anunciar a todas las gentes la buena noticia. Acompañemos en la oración y con esperanzaa nuestro nuevo Pastor; Francisco I.