MURIO EL PADRE DEL CAPITAN DEL ESPACIO



(3/08/2012)-(por Chalo Agnelli) El miércoles 1º de agosto a las 16 horas, murió el padre del “Capitán del Espacio”... don Ángel Lineo De Pascalis. A fines de enero su empresa había cumplido 50 años. Cinco décadas en las que perfumó con chocolate y dulce de leche las cuadras en torno de la calles República del Líbano y Gran Canaria. La fábrica está próxima a las vías del Roca.

Niños de casi todas las escuelas de Quilmes con sus maestros, más de una vez visitamos esa fábrica. Éramos recibidos por don Ángel, quien después de un esquivo saludo se retiraba y nos dejaba con el personal. Así conocimos el sabor inmejorable de sus alfajores y una historia de “causalidades”. Siempre decía a los niños alguna breve frase refiriéndose al valor de la educación y a la paciencia de los maestros. Era parte de la dulzura que elaboraba.
PRINCIPIO
A los 37 años, Ángel L. De Pascalis cansado de acarrear reses en un frigorífico de Piñeiro resolvió independizarse. Se enteró que un inmigrante húngaro que tenía una fábrica de galletitas en Ezpeleta la había puesto en venta. Con algunos ahorros y un acuerdo con el vendedor comenzó a producir dulzura. Durante los primeros tiempos fueron socios, luego, cuando saldó el remanente de la deuda que le había quedado de adquirir la pequeña empresa, alrededor de 1962, siguió por su cuenta y se mudó a Bernal. Poco tiempo después se trasladó al establecimiento donde permanece. Allí le dio a esa galletita húngara la forma circular típica del los alfajores criollos y le dio su gusto, su calidad, su eficiencia.
Aproximadamente 20 años atrás la fábrica “Capitán del Espacio”, dejó de recibir la visita de escolares, pero no escatimó su generosidad cuando las escuelas tenían algún acontecimiento especial como los Días del Niño.
Nunca quiso, a pesar que tuvo múltiples ofertas, incrementar la producción y la variedad, se mantuvo con sus dos gustos de chocolate y dulce de leche. Siempre se mantuvo en sus 8000 docenas por día y sus 45 trabajadores. Había encontrado la medida de su riqueza, quizá porque antes encontró la solidez de la sabiduría. O sea que, en su medida, era un hombre exitoso, un magnate en humildad.