CRONICA REAL DE UNA MUERTE ANUNCIADA
(27/10/2010)- La muerte de Néstor Kirchner, no por anunciada habrá de ser menos lamentada. El sentimiento humano nos lleva a elevar un ruego por el alma de un semejante.
Mas allá de los sentimientos inmediatos al fatal desenlace , es de entender que a partir de este momento la historia lo recoge en su seno por los múltiples motivos que en vida produjo. Y esa historia, la de Kirchner, que hoy nos sitúa a todos como testigos , es entendible también que, no obstante ser la verdadera historia, tendrá también la otra historia y para nosotros mismos podrán ser variados los enfoques que darÃamos a su muerte.
Habrá sido Néstor Kirchner un hombre que murió por no haber comprendido la gravedad de su estado de salud? Habrá descuidado su vida por atender ambiciones personales de poder o la habrá ofrendado desinteresadamente a la causa de su propuesta polÃtica?
Cada uno de estos interrogantes y muchos otros, serán de hoy en más motivo de un abanico de historias a las que los argentinos somos tan proclives. Lo plenamente cierto, por conocido, es que la muerte que hoy lamentamos, tuvo los repetidos anuncios que su cuerpo le hizo. Indiscutibles elementos que nos ponen ante la triste tarea de escribir esta real crónica de una muerte anunciada.
Mas allá de los sentimientos inmediatos al fatal desenlace , es de entender que a partir de este momento la historia lo recoge en su seno por los múltiples motivos que en vida produjo. Y esa historia, la de Kirchner, que hoy nos sitúa a todos como testigos , es entendible también que, no obstante ser la verdadera historia, tendrá también la otra historia y para nosotros mismos podrán ser variados los enfoques que darÃamos a su muerte.
Habrá sido Néstor Kirchner un hombre que murió por no haber comprendido la gravedad de su estado de salud? Habrá descuidado su vida por atender ambiciones personales de poder o la habrá ofrendado desinteresadamente a la causa de su propuesta polÃtica?
Cada uno de estos interrogantes y muchos otros, serán de hoy en más motivo de un abanico de historias a las que los argentinos somos tan proclives. Lo plenamente cierto, por conocido, es que la muerte que hoy lamentamos, tuvo los repetidos anuncios que su cuerpo le hizo. Indiscutibles elementos que nos ponen ante la triste tarea de escribir esta real crónica de una muerte anunciada.
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