LA DIÓCESIS DE QUILMES TIENE SEIS NUEVOS DIÁCONOS
En su homilía, el Padre Obispo Tissera invitó a los nuevos diáconos a ser “hombres alegres y disponibles. Personas que en la comunidad tienden puentes y no levantan muros. Que escuchan antes de hablar. Apasionados por servir a la verdad, con serenidad y dulzura. Despojados de ambiciones de poder y de privilegios. Generosos y comprensivos. Dispuestos a colaborar con las causas justas de los vecinos. Hombres de diálogo con sus fieles, con los sacerdotes y el obispo. Constructores de la unidad y de la paz”.
El obispo de Quilmes también les recordó que “Todos ustedes han sido llamados por el Señor para ser ministros ordenados para la Iglesia de este tiempo; una Iglesia que definitivamente transita el camino de la sinodalidad para ser los primeros responsables, juntos con todos nosotros, de vivir y servir a la comunión, la misión y la participación en nuestra Iglesia diocesana, unidos al sentir de la Iglesia universal. Es la Iglesia del Concilio Vaticano II que nuestro primer pastor, el Siervo de Dios Padre Obispo Jorge Novak, gestó e implementó a lo largo de su pastoreo en esta Diócesis de Quilmes”.
Y finalmente el obispo hizo los agradecimientos: “Gracias a ustedes esposas y madres. Gracias a sus hijos. Ellos, que son regalo de Dios, como fruto del amor, los han hecho hombres generosos, cercanos, con amor tierno, fuerte y fiel. Gracias a todos sus hijos. Gracias a las Comunidades de donde proceden. En medio de ellas experimentaron el llamado a este servicio diaconal. Gracias a sus párrocos y acompañantes espirituales. Gracias al Instituto Diaconal “San Lorenzo, diácono y mártir”, a sus formadores. Gracias a los hermanos diáconos que los han acompañado en la formación inicial, y que serán mentores importantes en su formación permanente”.
Luego de la homilía, Monseñor Tissera les impuso sus manos elevó la plegaria de Ordenación y les entregó el Evangelio y unos recipientes para el lavatorio de pies, como símbolos de su servicio. Además, las familias y amigos de cada diácono los revistieron con la estola y la dalmática, vestimenta característica del diaconado.
Sobre el final de la celebración, los nuevos diáconos tomaron la palabra y agradecieron a sus familias, a sus formadores, a los sacerdotes de clero, a los obispos y a las comunidades que los acompañaron y les ayudan a vivir su ministerio.
Post a Comment