DERECHO A LA VERDAD

 (25/10/2021) - El pasado 18 de octubre, la Asociación Civil por la

Igualdad y la Justicia (ACIJ) le presentó un escrito a la Corte Suprema de Justicia de la Nación para que resuelva la causa sobre la venta de armas a Ecuador y Croacia y para que impulse ante el Consejo de la Magistratura una investigación sobre la responsabilidad de las y los magistrados por los más de 26 años de demora.

Luego de la muerte del expresidente Carlos Menem, uno de los principales investigados en esta causa, se vuelve urgente que el Poder Judicial resuelva de forma definitiva el caso, se priorice el derecho de la comunidad a conocer la verdad y se lleven adelante las investigaciones necesarias sobre las falencias en la tramitación de la causa.

La Corte Suprema tiene a estudio la absolución por exceso de plazo razonable dictada por la Sala I de la Cámara de Casación en 2018. Allí los jueces Catucci y Riggi sostuvieron, entre otras críticas al trámite, que “todo ello ocurrió por la exclusiva desidia, inactividad o deficiencia en la técnica investigativa de los distintos órganos estatales intervinientes”.

Sin embargo, pese a la identificación de graves demoras, no se inició proceso disciplinario alguno que permita dilucidar las responsabilidades de las y los magistrados intervinientes. Luego del fallo de la Cámara de Casación, el expediente llegó a la Corte Suprema y recibió dictamen del Procurador General solicitando que sea revocada la sentencia y se ordene dictar un nuevo fallo, pero hasta la fecha no tuvo sentencia.

En la reciente presentación de ACIJ se le solicita al Alto Tribunal resolver una causa que tiene a su estudio -por segunda vez- desde hace más de tres años y se le pide a la Corte que remita las actuaciones al Consejo de la Magistratura de la Nación (algo que también debería hacer con el Ministerio Público Fiscal) para que se dé inicio a una investigación capaz de determinar las responsabilidades que puedan caberles a las y los magistrados que tuvieron a cargo esta causa desde sus comienzos, por haberla tramitado en violación de los plazos legales previstos.

A su vez, se le requirió a la Corte que exhorte al Consejo de la Magistratura a elaborar un informe detallado con los resultados de esta investigación para ser presentado al conjunto de la sociedad en pos de garantizar el derecho a la verdad de la ciudadanía y un adecuado ejercicio del deber de rendición de cuentas.

Se trata de un caso extraordinario y los jueces de la Corte deben entenderlo de esta forma, a fin de evitar que estos hechos sigan sucediendo indefinidamente en un futuro.

 La corrupción es una de las graves problemáticas que afronta nuestro país y su impunidad es condición de posibilidad para su perpetuación. La adopción de medidas concretas respecto del accionar de quienes permitieron que esto ocurra, es un paso imprescindible para que comiencen a producirse cambios relevantes.

El caso en cuestión constituye una afrenta extraordinaria a nuestro Estado de Derecho.

 Que haya tramitado un expediente durante 26 años sin que se haya logrado llegar a una sentencia firme implica un enorme fracaso del Poder Judicial de la Nación. El caso a su vez involucró a un ex Presidente de la Nación, que dirigió el Poder Ejecutivo durante diez años y medio, y sobre el que aun habiendo fallecido a edad muy avanzada no se pudo conocer su responsabilidad penal. Pero, además, se trató de un delito cometido en relación a otros Estados nacionales y en perjuicio de otros, por lo que la impunidad generada por nuestro sistema judicial representa también una deshonra internacional.

Es difícil realizar un cálculo económico del costo que generó la tramitación de un expediente que tiene más de doscientos cuerpos, pero sin duda se trata de una fortuna para el erario público, lo cual resulta inaceptable para una investigación que está a punto de quedar en nada. Por último, la circunstancia de que el propio sistema judicial haya determinado que existieron irregularidades e incumplimientos procesales por parte de los encargados de producirla, pero no se haya ordenado una investigación para determinar responsabilidades, implica también una preocupante falla del sistema.