ELECCIONES EN QUILMES; PLAN “B” PARA TODOS

El cambio que se impone no es solo en el  sistema de elegir

(5/02/2019) - Al estallido de la noticia sobre la búsqueda de un “plan B” que la alta dirigencia de Cambiemos estaría analizando para  las próximas elecciones en Quilmes, le suceden innumerables incógnitas que, como esquirlas de la explosión, alcanzan a todos  los sectores de la política local, sin diferencia de ideologías, credos o sentimientos.



Es que la difícil búsqueda de  nuevas figuras (léase candidatos) es el denominador común que impera dentro de los partidos que conforman el arco político de entrecasa.
Las críticas que recibe la gestión municipal 2015/19,  son en referencia a ese inocultable “talón de Aquiles” que en los quehaceres domésticos ofrece  el popular “M.M.” donde pesa más la falta de higiene pública  y demás falencias de la labor interna, que los grandes aportes recibidos de Nación y Provincia. Los que, a consecuencia de aquello, carecieron del acompañamiento de una política local positiva.



Según diversas observaciones que los responsables de la gestión municipal (Ejecutivos y Deliberativos)  no tuvieron en cuenta, fue el lado negativo de la abundancia de actos, reuniones, jornadas, programas, convenios, ferias, fiestas populares y anuncios, cargados de veleidosos contornos que, generalmente,  no fueron más allá de la circunstancial publicidad volcada al ámbito de la redes sociales, sitio elegido para poner el acento de una  mal llamada información, en desmedro de los medios periodísticos profesionales locales, que son naturales voceros de las realidades que viven los vecinos.
A todo esto y aunque el tiempo apremie, todavía se puede alcanzar el principio del camino hacia la cabal interpretación de que el cambio que se impone, no es solo en el sistema de elegir, sino en las acciones e intenciones de quienes resulten elegidos para atender los bienes comunes, sean éstos con trayectoria política o ignotos ciudadanos que decidan dejar de lado el pernicioso axioma del “no te metas”.
 No será fácil, pero tampoco imposible encontrar buenas voluntades  para formar calificados equipos de administración  pública sin otro objetivo que no sea el del bien común.
 Las experiencias vividas, deben servir para entender que no se trata de “instalar” una figura cuyos perfiles de cualquier naturaleza  “den”  para ganar. La República impone niveles de compromiso mucho más altos que los, hasta ahora,  vividos en nuestro Distrito.  NORBERTO GIALLOMBARDO