PIROTECNIA, MASCOTAS Y TRADICIÓN

La urgencia de regular su uso es evidente y debe
abordarse desde una perspectiva cultural y social que contemple el impacto que
tiene sobre todas las personas, los animales y el medio ambiente.
Se acercan las fiestas y el debate sobre el uso de
pirotecnia sigue presente y atravesado por intereses contrapuestos. Ya son
varias las provincias y municipios que han decidido regular el uso de
pirotecnia e incluso prohibirla. En la provincia de Buenos Aires, la
Legislatura debe sancionar un proyecto de ley, aprobado por el Senado, que
propone la prohibición del uso de petardos con efecto sonoro y excluye a los
fuegos artificiales lumínicos. Mientras tanto Villa Gesell, Coronel Pringles,
Trenque Lauquen, Bahía Blanca, Chascomús, entre otros, ya han han tomado cartas
en el asunto a través de normativas. La ciudad de La Plata, por su parte, ha
prohibido colocar fuegos artificiales dentro de las estructuras de los
tradicionales muñecos con los que despide el año.
Hechos: y todos los años…
Existen varias razones por las que se debe regular e
incluso prohibir el uso de pirotecnia. Algunas de ellas son: miles de personas,
incluidos niños, deben ser atendidas de emergencia por mutilaciones, fracturas
y luxaciones, heridas, lesiones oculares con perforación y penetración de
cuerpos extraños, hipoacusia por perforación del tímpano y quemaduras de
distintos grados; también son comunes los incendios en zonas con vegetación,
autos quemados, entre otros daños materiales a la propiedad pública y privada.
Bebés, adultos mayores y personas convalecientes soportan con incomodidad y
malestar la contaminación acústica. Las personas con hiper-sensitividad
sensorial, como es el caso de las personas autistas, sufren las consecuencias
de la pirotecnia.
Además debe tenerse en cuenta el daño al medio
ambiente y la contaminación ambiental y acústica; el incumplimiento a las
normativas establecidas en los productos homologados, la venta en lugares
habilitados, la manipulación según el nivel de peligrosidad y edad de quienes
los consumen, su uso en zonas delimitadas, la distancia de seguridad.
Al poseer un oído mucho más sensible al ruido, cada
año, son muchos animales que desaparecen de sus casas asustados por el
estruendo y el pánico. Algunos se pierden, otros son atropellados y en muchos
casos, ponen en riesgo a las personas que conducen, ya que pueden producir
accidentes; y también a las que transitan por la calle, quienes pueden ser atacados
por uno de ellos.
Síntomas
Los estallidos de pólvora afectan al sistema nervioso
de los animales, generando cuadros de estrés e inestabilidad emocional.
Taquicardia, jadeos, dificultad para respirar, hiper-salivación, temblores,
náuseas. Sufren afectaciones en el tímpano y el fuerte estruendo les provoca
una reacción de desconcierto, aturdimiento, miedo y angustia, pérdida del
sentido de la orientación. Lo mismo sucede con los animales que permanecen
encerrados en sus casas.
¿Cómo los cuidamos?
Ubicar a las mascotas en una habitación donde estén
cómodos, con sus juguetes habituales, comida, agua y algún sonido con el que
estén familiarizados (radio, televisión o música prendida).
No sobre cargarlos con mimos, abrazos y caricias y
dale su espacio para que la mascota busque el lugar donde se encuentre más
cómodo y “protegido”.
Los animales que estarán solos en las fiestas y que
permanezcan así
por algunos días (siempre es mejor dejarlos al cuidado de
alguien), dejar la casa bien cerrada y con ventilación, evitar que las puertas
se cierren por alguna corriente y los dejen aislados. En el caso de los gatos,
dejarlos con abundante comida y bebida y las bandejas limpias. No dejar atada a
las mascotas y evitar el peligro de ahorque.
Identificar con una chapita con su nombre y un
teléfono para localizar a los dueños.
No administrar sedantes sin antes consultar a un
Profesional Veterinario
El uso de pirotecnia es considerada una costumbre
popular y de uso generalizado, pero está claro, como muchas otras prácticas
culturales, que implica muchos riesgos para la sociedad. El Colegio de
Veterinarios de la Provincia de Buenos aires expresa la necesidad de
reflexionar sobre este tema desde un abordaje cultural y social y una
perspectiva comunitaria que también tome en cuenta los riesgos silenciosos (y
no solo los hechos concretos) que impactan en la salud pública y en el medio
ambiente, por ende en todas las personas y animales (no solo los domésticos).
El avance social sobre esta práctica será posible en
tanto y en cuando se comience a tomar conciencia de que no se trata de un
problema que afecta a “otros”, o a algunos sectores y que debemos dar el
ejemplo a los más pequeños para que crezcan en un ambiente sano, libre de
contaminación sonora y con respeto hacia las otras especies. ¿Cómo será posible
que la sociedad tome conciencia del daño que la pirotecnia le hace a los
animales sino no lo hace sobre el daño que se esta generando así mismo y a los
demás?
Por todo esto, el Colegio de Veterinarios de la
Provincia de Buenos Aires continua trabajando en el marco de “Una sola Salud”
como estrategia global para la prevención y manejo de los riesgos en la
relación hombre-animal-ecosistema. Esta es la mirada integral que debemos
desarrollar en nuestras sociedades y que exige un cambio rotundo en la forma de
concebir a la salud pública.
Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires
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