VAMOS VAMOS... ARGENTINOS!

(02/06/2018) En momentos repetidamente “difíciles  para la economía” no debemos dejar de lado la realidad de que no solo en la economía está la dificultad. También es un momento difícil para la  gobernabilidad.
Y no se trata de lanzar al ruedo expresiones alarmistas o como se dijera alguna vez “destituyentes, golpistas, etc”.  Si bien lo económico es por histórica idiosincrasia argentina, el disparador de las mayores reacciones, está también en problemas la gobernabilidad, esa que deben afrontar tanto oficialistas como opositores.



 Todos, desde cada lugar en el que nos sentimos argentinos, debemos tomar conciencia de la urgente necesidad de atender las cosas de nuestro país. En esto, los primeros que quedan expuestos
son aquellos que accedieron a ocupar cargos políticos, tanto en el
oficialismo como en la oposición. Es que ellos (todos sin excepciones) se postularon ofreciendo su sacrificio personal para dar soluciones a los servicios  públicos, no para acceder a beneficios especiales.
Volviendo a la histórica  idiosincrasia  argentina, no todos entendieron lo del sacrificio, no todos aceptaron que administrar los intereses públicos, no da derecho a remuneraciones superiores  a las que se puedan logran en la actividad privada.



Quienes hemos transitado la mayor parte de nuestras vidas siendo testigos, partícipes  o víctimas; de tanto no entender, no entendernos, no aceptarnos, no importarnos, no podemos soslayar la responsabilidad de decirle a los actuales gobernantes que en la reconocida inteligencia argentina, no cabe la idea de no haber aprendido de las lecciones que la historia nos ha dado.
Basta señoras y señores que manejan los destinos de la república, las gobernaciones y los municipios, basta de escudarse en aquello de que “no se puede porque  la oposición...  no se puede porque el oficialismo... no se puede porque el gremialismo, no se puede porque los empresarios...
La responsabilidad es de todos. Ganar una elección no es equiparable a un triunfo deportivo, no se trata de un campeonato, se trata de resolver los problemas que se pudieran haber encontrado, no sirve con solo denunciarlos gradualmente o callarlos para no alarmar. Es momento de economías, de reducciones en todos los ámbitos.
Y ya que lo deportivo es un tema latente, es oportuno tomarlo como ejemplo: en el mundial de fútbol ningún equipo puede competir con un plantel mayor a 23 integrantes... y siempre hay un ganador.  Vayamos de una vez a nuestras cosas, no nos limitemos a cantarnos el “vamos, vamos ..”  solo desde las pasiones futboleras .
En lo que respecta a los intereses de nuestra administración pública nacional, provincial o municipal,  sólo conformando equipos solidarios y ajustados a la realidad, podríamos ser ganadores. Aumentar los planteles por encima de lo que corresponde, no es compatible con la lealtad que debe ser observada para con los intereses del Estado. Reflexionemos todos.  
En el caso de nuestro Distrito de Quilmes, tenemos estructuras sobredimensionadas que nadie desconoce.  Tenemos  -como antes- tanto en el oficialismo como en la oposición y en el periodismo también, cortesanos que callan o aplauden a cambio de  variados e inconfesables privilegios.
 La administración pública no puede dejar de ser deficitaria si le sumamos más integrantes que los necesarios. Si bien el aumento de la población requiere mayor tarea,  desmesurados organigramas no significan mayor  idoneidad para gobernar. 
El presidente de la República ha reconocido errores y comenzó a repararlos, ahora le toca a nuestro intendente, a sus colaboradores, sus asesores y también a los que están en la oposición política, nadie debe mirar para otro lado más que para el de la recuperación de lo perdido.