EL INTENDENTE AGASAJO AL PERIODISMO



(8/06/2017)- El Intendente de Quilmes, Martiniano Molina, agasajó al periodismo local, provincial y nacional, en un “desayuno de trabajo” donde además del agradecimiento por la invitación, también hubo reclamos por parte de periodistas locales.  El intendente recibió en mano, copia de una nota que había sido publicada ese mismo día en el portal “quilmesadiario”  en la que, entre otras expresiones se le recuerda que el día que asumió prometió ser él y todos sus funcionarios, “voceros permanentes de las acciones de gobierno y que no habría diferencia entre medios chicos y grandes”.
En la nota,  se indica que nunca dio conferencias de prensa formales, no atiende llamados telefónicos de los medios locales, solo se prestó a muy pocos reportajes en exclusiva (este medio fue el primero y uno de los pocos en ser invitado a reportearlo).  Se le reclamó por  la falta de un vocero eficaz y por el incumplimiento  del Secretario que tiene a su cargo el área de prensa municipal, ante reclamos de esta misma índole, hace un año atrás.
También se le hizo saber que varios de sus funcionarios tampoco contestan requisitorias periodísticas. En la copia que quedó en manos de Molina, también se expresa que a su administración la caracteriza la  falta de diálogo con la prensa local, como también la imposibilidad de acceder a la agenda del intendente y en cuanto a los encuentros circunstanciales, solo se le puede consultar fugazmente, porque siempre suele ser “retirado” por alguno de sus funcionarios (cosa que ocurrió cuando transcurría lo que aquí se relata).
El reclamo alcanza también a las gacetillas de prensa que carecen de información básica y tienen errores y equivocaciones propias de quienes tampoco conocen el Distrito. Además, son anticipadas a algunos medios en perjuicio de otros.                               Finalmente,  al expresar que son muchos los temas sobre los cuales se piden respuestas que no llegan, se destaca que los periodistas locales reclaman información sobre actos de gobierno, a los que los funcionarios están obligados a responder, por la sencilla razón de que así funciona la democracia en la República.