EL ESCANDALO DEL CLUB 12 DE OCTUBRE

(16/04/2013)- La gravedad de los hechos ocurridos en el Club 12 de Octubre, situado en la céntrica calle del mismo nombre, en la zona oeste de la ciudad, parece ir en aumento en la medida que trascienden detalles de lo ocurrido. Como se recordará todo comenzó con un allanamiento policial en ese Club Social y Deportivo, simultáneamente con otro, en un bar denominado “la reforma” que funcionaba en la vereda de enfrente del club. Del espectacular procedimiento resultaron detenidas seis personas, de las cuales trascendieron los nombres de Nelson “tano” Fernández, encargado del viejo Club y de Aníbal Rodríguez, responsable del bar de enfrente. Además, el informe policial dio cuenta del secuestro de drogas en cantidad elevada como para dar lugar a la presunción de la venta y/o distribución. Armas de fuego y proyectiles, como también partes de motocicletas, en un sector que ofrecía el aspecto de taller de desarme. Luego de la acción policial, cuyos resultados quedaron a cargo de la Fiscalía 6 de los Tribunales de Quilmes, del ámbito judicial se pudo saber que el Juez de garantías Martín Nolfi, interviene ante un pedido de detención domiciliaria de Nelson Fernandez, por ser mayor de setenta años. Este hecho, que sigue escandalizando a los vecinos de Quilmes Oeste, principalmente al grupo de antiguos socios patrimoniales que en los últimos tiempos se alejaron de la Entidad por temores generalizados ante las actividades que se presumían, tiene otro aspecto en el que de inmediato intervino el Municipio de Quilmes, designando un Interventor Normalizador; nombramiento que recayó en el Subsecretario de Relaciones con la Comunidad, Sebastián Raspa, con una Comisión Normalizadora. De una visita que el Interventor permitió a varios periodistas se pudo ver el estado de abandono de gran parte de las instalaciones, un buffet con lamentable aspecto de suciedad y falta de decoro, la caldera que dotaba de agua climatizada a la gran pileta de natación sin el mínimo mantenimiento, lo que, según explicó el interventor, obligó a su inmediata desactivación para e vitar su estallido. También, amplió Raspa, por el portón que da a la calle Primero de Mayo, se podía constatar el ingreso y egreso de supuestos “motochorros”. Un microestadio cubierto, tapado por la suciedad, tanto en la pista de juego como en sus amplias graderías. Además, en sectores de disimulado acceso, se hallaron colchones sobre el piso y restos de elementos que probarían que allí se practicaba sexo y también consumo de drogas. Ante este panorama, una numerosa dotación de personal municipal está abocado a la limpieza y recuperación de todas las instalaciones con la premisa de restituir el Club a sus socios, en las mejores condiciones, previa asamblea general que será convocada conforme a lo establecido por la Dirección de Personas Jurídicas de la Provincia De Buenos Aires.