SE ME ERIZA LA PIEL...
Por Hugo Murno; Especial para el Periódico BERNAL.ES y la Web noticiosa espacinsular.org
El 4 de enero de 1977, a la
tardecita, hace hoy treinta y seis años secuestraban-desaparecÃan a mi hermana Rosa Angélica Murno, Rosita y a su
marido, Rodolfo Antonio Merediz, Rolo, --los dos estudiantes de sociologÃa en
la UBA, ella Bibliotecaria, además-- junto a una decena de sus compañeros de
militancia –del minúsculo grupo pomposamente llamado Acción Comunista--, en un
acto más de terrorismo de Estado llevado a cabo por la dictadura cÃvico-militar
de los Videla, los Massera y los MartÃnez de Hoz, que se habÃan adueñado de la
Argentina por aquel entonces.
La historia la he contado
infinidad de veces, ante amigos, familiares y conocidos, ante la Conadep, ante
los Tribunales Federales de La Plata, y en notas periodÃsticas: la acción no
fue realizada por una patota ni por un grupo de tareas, como era habitual; la
perpetraron una numerosÃsima tropa uniformada (de verde) que se desplazaba en
varios camiones (verdes) y autos fordfalcones verdes) y hasta una
ambulancia (también verde), aparentemente del Ejército Argentino. Los
uniformados neutralizaron varias manzanas del barrio –en Remedios de Escala,
una pequeña ciudad del Gran Buenos Aires sur--, ordenaron a los vecinos
recluirse en sus viviendas, y tomaron por asalto la casa de mi hermana y
cuñado, llevándose a todos los que allà estaban y algunos que fueron llegando
en ese momento, con excepción de mi sobrina Julia (entonces de apenas casi tres
añitos) a quien dejaron en manos de un azorado vecino. Se llevaron también al
perro y todos los muebles y demás enseres de la casa, asà como puertas y
ventanas… Eso era también habitual: botÃn de guerra.
A partir del dÃa siguiente,
mi madre, Clara Roisman, –a quién acompañé en la medida de mis
posibilidades—fatigó comisarÃas y juzgados, iglesias y hasta el Arzobispado de
La Plata (qué se lavó ecuménicamente las manos), dependencias del
Ministerio del Interior, embajadas y apeló a los enviados de la Orgaización de
Estados Americanos, cuando, dos años después, en 1979 vinieron en misión al
paÃs para comprobar in situ la violación sistemática de los derechos
humanos, por parte de las autoridades Gubernamentales, constituidas en
terrorÃfica dictadura, mientras en esas jornadas el locutor radial oficialista
de turno y periodista deportivo, José MarÃa Muñoz, apostrofaba a los enviados
de la OEA y a la gente que acudÃa a hablar con ellos, al tiempo que llamaba a
salir a calles a repudiarlos y a alentar el triunfo del equipo de fútbol
argentino sub-19 en Japón.
Mi madre encontró otras
madres conocidas de Bernal (nuestro pueblo) que también buscaban a sus hijos
detenidos-secuestrados-desaparecidos y juntas se animaron a marchar a reclamar
frente a la Casa de Gobierno, en la Plaza de Mayo, los jueves a la tarde.
Mi madre murió hace 23 años,
sin ver ni saber nada de su hija y los demás desaparecidos aquel 4 de enero de
1977… Supo, por versiones no
confirmadas, que a mi hermana y a mi cuñado los habrÃan llevado a Campo de Mayo
primero y al Regimiento 1, de InfanterÃa Mortorizada, también conocido por el
Regimiento de Patricios, en pleno barrio porteño de Palermo. Es probable: en
aquellos años los señores de la guerra que comandaban los Videla, los
Massera y los MartÃnez de Hoz, se habÃan dividido el territorio nacional, cual
feudos o cotos de caza, y por el lugar en que vivÃan Rosita y Rolo la acción
criminal de su secuestro, al mejor estilo de la mazorca rosista y de las
huestes hitlerianas de las SS, debió estar a cargo de esbirros del tristemente
célebre general Camps y su acólito y cómplice Ibérico Saint-Jeans, dueños y
señores del terror en la Provincia de Buenos Aires.
Hoy recordaba todo esto y se
me erizaba la piel. Tanto como ayer cuándo conocÃa la noticia del asadito
fiestero llevado a cabo a fin de año en la exESMA (el mayor campo de
concentración de la Argentina durante los años duros) por las máximas
autoridades del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, que encabeza Julio
Alak. Se me erizaba la piel al escuchar y leer las justificaciones imposibles vertidas
por la titular de Abuelas, Estela de Carloto. Se me erizaba la piel ante el
silencio (¿cómplice?) de la titular de Madres, Hebe de Bonafini, que sÃ
vociferaba ayer –como en su momento José MarÃa Muñoz—frente al Palacio de los
Tribunales, apostrofando ella a los miembros de la Corte Suprema de Justicia
(que supo designar el presidente Néstor Kirchner). Se me erizaba la piel ante
el silencio verdaderamente insoportable de la presidenta de la Nación, durante
una semana y su elogio posterior al asado de marras, diciendo que ese no era el
primer asado que se hacÃa en la ex ESMA, y que se seguirÃan haciendo….
Se me erizaba, y se me eriza
la piel y me asustan estos hechos nefastos del presente. Y me asusta el futuro,
por lo que nos puede devenir. BUENOS AIRES, ENERO DE 2013
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