MALAS COSTUMBRES Y MALOS SERVICIOS


(28/07/2024) - Ya próximos a cumplir nuestra segunda década al servicio del periodismo independiente, a manera de anticipo de festejo, recurrimos a la labor cotidiana, reiterando la prédica de ayer y de siempre, para que quienes tienen el cargo -no el privilegio- de administrar los intereses comunales, respondan a las necesidades fundamentales de quienes contribuimos para tener las tan deseadas mejores condiciones de vida urbana;


Los años y los gobiernos municipales de Quilmes pasan y la suciedad queda. Esta afirmación, que no resulta grata para nadie, es inevitable. Desde anteriores administraciones municipales, se siguen soportando la falta de barrido, la acumulación de residuos domiciliarios en las esquinas, los montículos de ramas y basuras en cualquier lugar, la reducida cantidad de contenedores y, a los pocos que quedan, no se los limpian ni vacían en tiempo y forma, siendo éstos presa de recolectores informales.

Y con el correr del tiempo, vemos como se produce un alarmante acostumbramiento vecinal.  Donde hay o hubo contenedores, no pocos son los que caminan largos trechos para dejar sus bolsitas en el suelo.  En las calles que nunca tuvieron contenedores, abundan los que llevan sus residuos a las esquinas, faltando el respeto a sus vecinos y contribuyendo al indeseable y anti higiénico sistema llamado “achique” inventado por los recolectores municipales que   subcontratan a terceros para reducir sus recorridos y/o aliviar sus tareas.

Así las cosas, seguimos viviendo la realidad de tener malas costumbres populares que proliferan ante la falta de buenos servicios y malos servicios que fomentan las malas costumbres populares.

Estas observaciones, denuncias o como quiera llamárselas, no son nuevas, no se iniciaron en la actual reelecta administración municipal, pero es innegable que en lo que a la higiene pública respecta, ésta, como las anteriores administraciones, no ven lo que todos vemos y no escuchan lo que todos decimos.