“a la luz de lo que se ve...”
(26/06/2016- CARTA DE LECTOR)- Estimado
Norberto, esperando que pase Junio y dado que mi comentario a su anterior nota
sobre el bajo vías Espora-Avellaneda no fue coincidente con su enfoque, iba a escribirle nuevamente en los primeros días
de Julio, si antes no sacaba usted una nueva nota como –gratamente- nos ofrece
hoy.
Sin embargo, permítame que insista con mi
falta de confianza, pero a la luz de lo que se ve día a día con la marcha de
las obras no hay ninguna pauta que aliente expectativas de que sea apenas una
pequeña demora respecto a lo que le dijo el funcionario de turno.
Comprendo que en su rol de periodista
no pueda sino evaluar y difundir textualmente lo que declaran sus entrevistados,
pero para un vecino cualquiera que lleva años de escuchar lo que los
funcionarios dicen sin que se cumpla nada y sin siquiera dar la cara de frente
y hablar a calzón quitado, todo lo que quieran argumentar como lo han hecho
desde principios de año, suena como vacío y falto de seriedad y de respeto al
ciudadano.
Dicen que el hombre es un animal de
costumbre. Y lamentablemente, en esta parte de Bernal y Villa Cramer, es
notable cómo la gente se va acostumbrando a que, por la dejadez y falta de
atención de las autoridades, cada vez tengamos calles más rotas, que el estacionamiento
y el tránsito sea caótico, que a esto se sume lo del ferrocarril con sus andenes
abandonados y los nuevos (por ahora indefinidamente provisorios) obliguen a la
gente a largas caminatas para sacar boletos o hacer combinaciones con
colectivos y también se va acostumbrando a ver, en la obra del bajo vías, montañas de tierra, yuyos, cañerías sueltas,
operarios caminando como a la deriva, máquinas sin hacer nada, reparaciones comenzadas
pero luego abandonadas.
La
avenida San Martín sin terminar para poder normalizar el tránsito, la calle Uriburu
cortada sin que los colectivos puedan pasar y que gracias a la presencia de la
policía no es una boca de lobo lo mismo que la plaza “Félix Bernal” y así,
gracias a la falta de atención, falta de presencia y de comunicación del
Intendente o de funcionarios con poder de decisión, se cae en la costumbre del
desinterés y el abandono o de la queja y la protesta de tono resignado a lo que
sea y cuando sea.
De tal modo, la invitación (a no perder
la esperanza de brindar bajo las vías...) que tan de buena fe usted realiza no resulta,
a mi parecer, muy auspiciosa.
De paso le digo que por ser ingeniero,
el funcionario que usted cita, seguramente sabe de planes, cálculos, tiempos,
coordinación, seguimientos y rendiciones de cuentas. Si fuera así, es hora de
que lo demuestre.
Saludos. Luis Alberto Hermida (vecino de Bernal)
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