MUCHA CAL Y POCA ARENA
(14/12/2015) Por Hugo Murno,
especial para BERNAL.ES
No pasó demasiado tiempo desde el triunfo del
ingeniero Macri, cuando hubieron tres señales que no presagian nada bueno, por
lo menos asà lo vemos algunos (varios, bastantes, tal vez muchos).
Cronológicamente; el lunes 23/11, a horas
del cierre de los comicios , el diario La Nación, se lanzó con un
furibundo editorial pidiendo (palabras más, palabras menos) el fin del
juzgamiento de los genocidas (civiles y militares) acusados de crÃmenes de lesa
humanidad durante la última dictadura (1976-1983). En una muestra de dignidad, los periodistas
del más que centenario medio gráfico, repudiaron ese editorial, al tiempo que
expresaron que lo que el diario sostiene
no es eso lo que piensan sus
trabajadores. Ni buena parte de la sociedad argentina que, salvo el sector
que aglutina al próximo gobierno, con el presidente electo a la cabeza no
dijeron esta boca es mÃa. Lo segundo fue el fulminante fallo de la Corte de
Justicia de la Nación, por el voto mayoritario de dos de sus cuatro integrantes
(uno renunciante y en retirada por edad; y la otra votó en disidencia). El
fallo lo anunció el Presidente del Alto Tribunal, uno de los tres poderes
constitucionales del paÃs, doctor Lorenzetti: se dispone que el ANSEs devuelva
a las provincias (por ahora tres; ya se sumaran las demás, seguramente) el
porcentaje que aquellas tienen que girar al ente de la seguridad social para
aportar a su capital, con el que se atienden los pagos de cinco millones de
jubilados y pensionados, más la Asignación Universal por Hijo (AUH), y otros programas de asistencia social a desocupados, a sectores de pocos
o nulos ingresos, a los planes Procrear (vivienda), Ahora 12 compras de todo tipo
en doce cuotas sin interés. SerÃan alrededor de noventa mil millones de pesos
que desfinanciarÃan al ente público, lo llevarÃan prácticamente a la quiebra y
los que tienen (tenemos) algún beneficio que cobrar irÃan a reclamar a la calle,
como lo hicieron en las épocas de Norma Plá.
El tercer acto fue oficialmente actuado por el
flamante futuro Jefe del Gabinete de Ministros del futuro Presidente, y
consistió en el anuncio de quienes integrarán ese futuro cuerpo de Secretarios
de Estado de más de 23 miembros. Salvo
la sorpresa de la continuidad del
ministro de Ciencia y TecnologÃa Lino
Barañao: por lo menos continuarán las polÃticas de apoyo y engrandecimiento de
la ciencia y la tecnologÃa, el mejoramiento en todos los órdenes de esas dos
áreas; la custodia de dos bienes importantÃsimos, el Banco Nacional de Datos
Genéticos y los dos satélites de comunicaciones, Arsat 1 y Arsat 2.
Los
demás ministros designados no fueron sorpresa: una co(ho)rte de
gerentes de empresas multinacionales o de la banca y las finanzas extranjeras,
con una impronta neoliberal novecentista (de los tremebundos años 90, del
menemato y no del siglo 19), y algunos con prontuario dudoso como el de
Hacienda y finanzas, ex presidente
del Banco Central y ex gerenciador de los cuantiosos bienes de la extinta
Amalia Lacroze de Fortabat, cuya fortuna sacó del paÃs y depositó en Suiza
(evadiendo impuestos nacionales, por cierto). Una Ministra de Seguridad que no debe ser olvidada como la que le
bajó el estipendio en un 13% a jubilados y pensionados en su paso por el
Ministerio de Trabajo, ayer nomás...
Lo dicho en el tÃtulo: mucha cal y poca arena es lo utilizado para construir el nuevo
edificio del nuevo gobierno nacional. Esos dos elementos, más el cemento y el
hierro son la base del hormigón armado; esos elementos deben ser mezclados en
proporciones justas: ni mucho de uno ni poco de otro. Para que los edificios
duren y no produzcan resquebrajaduras y daños. Sobre todo a los habitantes de
esos edificios. Y más si se trata de los habitantes de un paÃs. Todos y todas.
Un panorama no
demasiado alentador, por lo que se vislumbra. Por lo menos según el saber y
entender de este cronista.
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