LA PEOR EPIDEMIA



 
(7/07/2015)- Leyendo al destacado docente universitario santafecino, Ricardo Luis Mascheroni, podemos encontrar, además de grandes coincidencias, una fuente de inspiración para expresarnos en torno a esas mismas coincidencias.  
Claramente entendible resulta que nos hallamos ante una tremenda epidemia que pone en riesgo la calidad de vida y la vida misma de muchos millones de personas, para la cual, las terapias, tratamientos y servicios médicos existentes son prácticamente inútiles.

  Como bien señala Mascheroni; solo en contadas ocasiones se hace referencia al tema, y en esas raras veces, confunden el origen y efectos, con otras patologías ajenas a la génesis de este flagelo, cuando no, también confunden  la sintomatología con la enfermedad.

    Estamos en presencia de un mal que, a diferencia de otros, se instala cada vez en menos personas. Pero sus efectos son sufridos en una progresión catastrófica por el resto de las personas.

                Los expertos creen que este tipo de plagas, se harán cada vez más devastadoras, debido al crecimiento demográfico, la falta de espacios para viviendas, la pérdida de suelos naturales, los agro negocios, el consumismo irracional, el cambio climático y el contacto inadvertido con los pocos, pero cada día más poderosos vectores perniciosos.

 La mayoría de los gobiernos evitan dar la voz de alerta ante la catástrofe, por temor a reacciones de la población, que  los puedan poner en riesgo de perder sus gobernabilidades. Esto vuelve más peligrosa la situación, por cuanto ante la falta de información la gente no actúa en forma preventiva y sucumbe víctima de la plaga.
Otras opiniones, económica y politicamente interesadas, se empeñan en difundir que sería imposible evitar la expansión de este azote mortal para los pueblos. No obstante, se sabe que se pueden tomar medidas precautorias y hasta activar sistemas de alerta para hacer frente a la emergencia, con chances ciertas de diezmarla.

Esta epidemia, que deja millones de víctimas a su paso, se origina a partir del vector que Mascheroni  ha dado en llamar “ROC” que no es otra cosa que la Riqueza Obscena Concentrada, originada por el apetito insaciable de poseer bienes materiales, ligado a la vanidad, el egoísmo, el sentirse el centro del mundo y querer tenerlo todo.               

Los portadores de esta calamidad, no son difíciles de hallar, muchos de ellos se muestran alegremente y además, los organismos impositivos estatales los conocen, pero poco hacen para neutralizar sus efectos, también los apañan aplicando inentendibles leyes vigentes.

No existen en la  en la naturaleza ni en la ciencia económica, las categorías de ricos y pobres sin posibilidades de controles.  Lo que sí existe es la diferencia entre enriquecidos y empobrecidos donde para que unos pocos puedan llegar a enriquecerse, antes debió haber muchos que se hayan empobrecido a expensas de los enriquecidos,
También el maestro santafecino nos alerta que en 2016 más de la mitad de la riqueza mundial estaría en manos de tan solo el 1% de la población...”
Actualmente, se sabe que las 80 personas más ricas del mundo, tienen una riqueza igual a la de todo el patrimonio del 50% de los más pobres. Que son tres mil quinientos millones de personas.
Lo alarmante, es que estos vectores raramente son señalados como responsables de estas calamidades y la mayoría de las veces, desde distintos ámbitos u organizaciones sociales, simplemente se repudian nombres propios o de fantasías, que pueden tener una efímera exposición y prontamente desaparecen, quedan en el olvido.  Es común escuchar de boca de líderes populares,   durísimas críticas contra grandes empresas de  niveles internacionales y otras de alcances locales, sin llegar a lograr la aplicación de las medidas judiciales correspondientes sobre los portadores del “ROC”, .mientras ellos, a través del “Dios mercado” regulan nuestras vidas y muchas muertes, cómodamente abrigados en los brazos de la impunidad.

Los portadores de este virus nunca han sido aislados, ni se los pone en cuarentena y hasta hay casos en que logran ser premiados con votos.
 Tal vez la Corte Internacional de Justicia, debería tipificar al ROC, dentro de los delitos de lesa humanidad, por ser responsable de abusos de poder, sometimientos a la servidumbre, muertes sin esclarecer, guerras, genocidios y exterminios varios.
Al no aplicase terapias prudentes, los mejores remedios para estos males, pueden surgir de las políticas de Estado y los valores morales de las ideologías, pero están escaseando... no se encuentran en las farmacias...
NORBERTO GIALLOMBARDO  (en agradecimiento al maestro Ricardo Luis Mascheroni)