CRIN RUBIA
Realidad de un pony y un niño de esta década
(7/04/2015)-
La estigmatización de “cartoneros”
fijada desde el relato del presente progresismo imperante en esta,
nuestra argentina, nos ofrece un abanico de situaciones y hechos que, más allá del
asombro, rechazo o cualquier actitud de algún “reaccionario” que pueda disentir
con esta forma de gobernarnos, también permite encontrar historias que suenan a
cuento.
Nuestra
historia que podría parecer un cuento pero es real, nace de la existencia de
un pony, caballito que por su
pequeño porte despierta simpatías y este, nuestro pony, además tiene la
crin rubia.
Todo
comenzó a principios de este año 2015, cuando integrantes del voluntariado de
la O.N.G."APAEQ" y la Agrupación “Caballos de Quilmes” detectaron a
“crin rubia” tirando de un carrito cargado de todo lo que su conductor podía
recoger en larga jornada de trotes ligeros, obligados por el implacable látigo.
Ante la
imposibilidad de lograr la liberación del animal, el voluntariado recurrió a la
justicia y logró que la Fiscal Dra.
María de Carmen Mena, dictara orden de captura de ese animal sometido al yugo
inhumano y en peligro de no poder resistir. Así fue como la patrulla número 30 del Comando de Prevención
Comunitaria, logró su captura. Los celosos servidores públicos acataron la
orden judicial hasta donde les dio su parecer. Luego de un breve reconocimiento
visual , resolvieron el caso ellos mismos, ahorrándole trabajo a la Fiscal. Lo
dejaron seguir bajo el dominio del conductor castigador, porque ellos, celosos
patrulleros, decidieron que “crin rubia” estaba en buenas condiciones.
Entendieron que no había méritos para evitar que el amo (carente de documentación que lo acredite
como propietario del animal) lo siguiera cargando y castigando.
Así
pasaron algunas semanas más, hasta que desde la autopista, crin rubia fue nuevamente visto, pastando junto a la banquina, al cuidado de dos
jóvenes. Esta situación no alteró a las patrullas que tenían la misión de
recuperarlo, ni tampoco a los que velan por la seguridad de los usuarios de esa
vía arancelada.
La tenacidad del voluntariado.de “Caballos de Quilmes” no abdicó y
precisamente el 13 de marzo último, aproximadamente a las 14 horas, en la calle
Monroe, cerca de Villa Luján, un grupo
de voluntarias, todas mujeres, localizó a crin rubia otra vez cargado, otra vez
castigado, esta vez bajo el mando de un singular
amo-conductor-carrero-cartonero, etc. Las voluntarias le atravesaron el
automóvil para impedirle el paso y llamaron al 911. La sorpresa no fue menor cuando
desde ese número de la seguridad nacional
les respondieron que no podían
atender el pedido porque todos los móviles estaban en unacorrida en
Quilmes.
Ante el asombro de ellas y los varios testigos presentes, el
aún más singular amo, intensificó su castigo pretendiendo que el caballito
avanzara sobre el automóvil.
Fue
entonces cuando las voluntarias, lejos de amedrentarse, decidieron actuar y se
abrazaron al caballito e intentaron desatarlo del carro. Pero fueron
salvajemente repelidas con el mismo látigo que castigaba al pony. Luego de
varios latigazos más sobre crin blanca y sobre las mujeres, triunfó la fuerza
del látigo y el carrito, eludió al auto, subió a la vereda y logró internarse
en la Villa Luján, donde las arrojadas voluntarias, sin apoyo policial no
pudieron liberar a crin rubia, que seguía recibiendo feroces latigazos de su
amo, singular amo, porque era un niño de tan
solo ocho años...
La hasta ahora última vez que crin rubia pudo ser visto, fue
el sábado 21de marzo, en la calle Mitre y Laguarda, donde le estaban cargando el carrito con
chapas. La voluntaria que lo encontró, tomó de inmediato su celular y llamó al
911. Los carreros, que eran dos, se percataron del llamado y abandonando la
carga huyeron, acelerando la marcha a
fuerza de latigazos. Otra vez le cruza el auto, otra vez (ahora un adulto)
logra esquivar la barrera y vuelve a internarse en Villa Luján, donde la
voluntaria debió desistir una vez más, porque una vez más, el C.P.C. no
llegó...
Muchos finales o tal vez ninguno podrá
tener esta historia, en lo que hace al destino del pequeño pony, pero también
es imperiosamente exigible que las autoridades se quiten las anteojeras y se
interesen por el futuro de ese niño carrero-cartonero, etc., que nació hace tan
solo ocho años. En esta década. Y vive una realidad de exclusión y violencia que no se condice
con la realidad que el relato político
pretende instalar, aún sin haber llegado al interior de Villa
Luján... NORBERTO GIALLOMBARDO
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