A PONERSE EL SAYO Y FELIZ NAVIDAD..!

                                          Por Norberto Giallombardo 
 
(17/12/2017) -   En el fin de su primera mitad del mandato, a nuestro dinámico intendente y a todo el partido de Quimes se le complican las fiestas. Se acercan la navidades y los señores recolectores de residuos domiciliarios no están de acuerdo con que se eliminen las horas extras que  no trabajan, que no se renueven los contratos suscriptos en los últimos días de la anterior gestión. Que no se les autorice a “visitar” a los vecinos con la remanida tarjetita del “saludo sincero que le da su basurero” (aunque igual lo están haciendo y en forma prepotente)  a la vez que tampoco aceptan terminar con la acumulación de las bolsitas de cada cuadra en las esquinas, que los no identificados atletas las amontonan a la carrera  hasta que cómodamente el camión las retira. A eso le llaman “achique” palabra incorporada a la jerga popular  para justificar el derecho a trabajar menos, incumpliendo una tarea que dignamente cumplieron los trabajadores municipales desde tiempos inmemoriales. 



 Y dado que la  actitud que sugiere el señor intendente da para suponer que aún con su segunda mitad alcanzaría para remediar mucho, vayamos por el lado más afín a los gustos nacionales y preparémonos para festejar estas fiestas navideñas como argentina manda.                                          
 Ese mandato ancestral es la gastronomía. Ya ven que el primer paso lo ha dado el mismísimo Martiniano, volviendo a ponerse el delantal de su exitosa profesión anunciando que cocinará . "para una multitud".


Y ya que de gastronomía hablamos, tema excluyente de cada fin de año, en nuestra ciudad de Bernal, modestamente convertida en explosivo “polo gastronómico” estamos viviendo esos días de reservas anticipadas y cálculos de presupuestos para festejar (permítaseme redundar) como argentina manda.

Es entonces como nos encontramos con  lugares más baratos  o más caros, comidas más tentadoras o más modestas, ofertas disímiles y comparaciones difíciles de entender.

Pero aún dentro de estas diversidades también encontramos cierto denominador casi común, que no es abarcativo a todos, porque hay excepciones, pero... veamos; Como dijo el genial Alejandro Borenstein “solo la mitad de los que laburamos lo hacemos en blanco” y en nuestro querido Bernal, por no ir más lejos, vemos que a la hora de convenir el presupuesto o pagar lo consumido, aparecen los “no, con tarjeta no trabajamos o te entregan tickets sin valor fiscal.

 Y la “razón” de tales irregularidades casi comunes es “si pago todos los impuestos tengo que cerrar”, pero el caso es que solo los controles oficiales no ven que ese tipo que “si paga tiene que cerrar”, es el propietario de una parrilla que está de moda, que para atender a la creciente demanda ocupa a dos parrilleros, tres o cuatro mozos, lavaplatos, personal de mostrador y algo más..

Entonces, luego de los agotadores días de las navidades y el año nuevo, al tipo que se instaló una parrilla barrial, lejos del centro, luego de pagarle (en negro) a todos los que ocupó para atender el éxito de su negocio, no le queda para pagar los impuestos que pagan la otra parte de sus colegas. Pero eso sí, le queda el derecho humano de tomarse unas merecidas vacaciones en alguno de los mismos lugares que las toman aquellos que ejercen actos de comercio cumpliendo con Ganancias, Ingresos Brutos, IVA, personal en blanco y demás, en lugares céntricos y por consiguiente más caros.
La actitud de nuestro parrillero de Bernal,  ante la realidad económica que nos afecta a todos los argentinos, se repite en todos los lugares y a todos los niveles del país.


Entonces concluyamos en que el sayo, si bien no le cabe a todos, sí le calza a una gran cantidad de ciudadanos que, mancomunados con los que cumplen con sus obligaciones, alzan sus quejas por los excesivos gastos del Estado, donde además de los que corresponden; Educación, Salud, Obras, etc, hay también deslizamientos en numerosos Ministerios, Secretarías, Direcciones, Asesores y, por qué no decirlo, algunos kilos de ñoquis no precisamente gastronómicos.